lunes, 9 de noviembre de 2009

EDUCACIÓN A DISTANCIA Y DESARROLLO TECNOLÓGICO

La Educación a Distancia ha estado vinculada indisolublemente al desarrollo tecnológico,
precisamente a partir de la tecnología de la comunicación, producción y distribución
utilizada en esta modalidad, se identifican tres generaciones, correspondiéndose estas,
con tres modelos de educación a distancia a partir de tres momentos específicos del desarrollo tecnológico.


La introducción de la informática y las computadoras en la educación marco una nueva
pauta y nuevas formas de hacer la educación a distancia. La tercera generación,
vinculada a la creciente presencia de computadoras en las instituciones de educación
superior, se diferencia de las anteriores fundamentalmente por permitir una comunicación
tanto en tiempo real sincrónica, como independiente del tiempo, asincrónica, promoviendo
una interacción de doble vía. Ella se caracteriza por la incorporación para el desarrollo de
los programas docentes, de un sistema de redes de computadoras. El rápido desarrollo
de estas redes, las mejorías en su poder de procesamiento, así como los contundentes
avances en la tecnología de almacenamiento de datos, han hecho de la computadora una herramienta poderosa para la educación a distancia.


Con la fusión de la informática y la telemática, ya hay quien habla del inicio de una cuarta
generación, considerada como sistemas interactivos abiertos y virtuales, lo cual no parece
desacertado si se tiene en cuenta, que la tecnología ha servido de base para los cambios cualitativos ocurridos en la comunicación educativa a distancia.


Hoy, el impacto de la Educación a Distancia estriba en que apoyada en las
potencialidades que le brindan las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones,
puede resolver problemas de espacio y/o tiempo llevando el conocimiento hasta quienes lo necesitan. Por supuesto, se ha de hacer frente a numerosos desafíos: la utilización de las diferentes tecnologías en las proporciones y usos apropiados, la cuestión de la
evaluación de los alumnos y los docentes, la propiedad intelectual de los contenidos, y, el
escollo más importante: la formación (en especial de los docentes) para una utilización
cabal de esas nuevas herramientas.